Nudos de esperanza

Candela Romero

Cofundadora de la Asociación Pulseras Candela (Barcelona, España)

Todo comenzó en marzo de 2013. Tenía 11 años y nunca había estado enferma.

En tan sólo unas horas mi vida cambió para siempre; pasé de la consulta de mi pediatra a una ambulancia que me llevó al Hospital Infantil Sant Joan de Déu, en Barcelona, a 200 Km de mi casa. No sabía qué ocurría. Llegué asustada y allí me diagnosticaron una leucemia de alto riesgo. Podría contaros mi larga enfermedad, mi trasplante de médula, las consecuencias de los tratamientos que tuve que ir afrontando una vez superada la leucemia, pero mis peores años son también el tiempo de una historia maravillosa que difumina otros recuerdos.

Para resumir os diré que una voluntaria de Sant Joan de Déu me enseñó a hacer unas pulseras con nudos de macramé. Yo le enseñé a mis amigas Mariona y Daniela, que entonces tenían 9 años, y ellas tuvieron la idea de cambiarlas con nuestros vecinos por donaciones que se podrían destinar a investigar el cáncer infantil.

En esos momentos yo estaba siempre ingresada en el hospital y allí encontré nuevos amigos: mis compañeros de la 8ª planta, la pandilla más atípica que os podáis imaginar. Desde bebés hasta adolescentes que compartíamos todo lo que teníamos y sentíamos: cariño, lágrimas, risas, miedos, abrazos y un nombre “Els Xipirons”.

Mientras nosotros seguíamos luchando contra el cáncer, se iba formando un gran círculo de solidaridad a nuestro alrededor

Toda la pandilla y nuestras familias nos unimos a la aventura. Tejíamos pulseras como un juego de niños, para pasar el tiempo hospitalizados, motivados por la idea de que nuestras pulseras podrían ayudar a otros niños.

Las pulseras tenían nombre: pulseras Candela, ya que mis amigas decidieron bautizarlas con mi nombre. Pero, realmente, yo creo que en realidad son las pulseras de “Els Xipirons” ya que todos ellos hicieron que la gente las conociera y así llegaron a sus localidades, a sus colegios, a las redes sociales…

Mientras nosotros seguíamos luchando contra el cáncer, se iba formando un gran círculo de solidaridad a nuestro alrededor. La gente se ofrecía voluntaria para tejer más pulseras, los comercios nos brindaban su espacio para distribuirlas, los colegios montaban puestos solidarios de Candelas en sus fiestas escolares…..

Llamamos “Xipirons” a cada nuevo valiente que se enfrenta al cáncer y por ellos y por todos los que vendrán seguimos tejiendo candelas”

Y así, poco a poco, lo que comenzó con la solidaridad de una voluntaria por entretenerme, volvía al hospital en forma de donaciones que iban destinadas al laboratorio de investigación del cáncer infantil.

Han pasado siete años. Ya no estamos todos, faltan muchos “Xipirons” de aquella pandilla que vive para siempre en mi corazón. Pero desde entonces, llamamos “Xipirons” a cada nuevo valiente que se enfrenta al cáncer y por ellos y por todos los que vendrán seguimos tejiendo candelas, convencidos de que la investigación es el único camino para aumentar la supervivencia y mejorar los tratamientos.

Estamos convencidos de que la investigación es el único camino para aumentar la supervivencia y mejorar los tratamientos.

El plan de mis amigas para ayudarme se ha convertido en una organización solidaria, Asociación Pulseras Candela y uniendo fuerzas hemos aportado a la investigación del cáncer infantil 2.664.122€, conseguidos nudo a nudo, con muchas manos voluntarias, con micro donaciones de 3€ y 5€ a cambio de una pulsera…Pero no sólo eso. Las pulseras Candela ayudan a las nuevas familias a integrarse en la vida del hospital, ayudan en centros de la tercera edad a mejorar las aptitudes cognitivas de los mayores que viven allí, en centros penitenciarios son usadas como proyectos de reinserción social y en colegios se trabajan en talleres solidarios aportando valores positivos a los más pequeños…

¿No os parece una gran historia?



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